martes, 1 de febrero de 2011

Charlie Rivel

Charlie Rivel

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Charlie Rivel, Viena, 1972.
Monumento a Charlie Rivel en Montjuïc.
Charlie Rivel es el nombre artístico de Josep Andreu i Lasserre, payaso español que nació en Cubellas, provincia de Barcelona (España) , el 24 de abril de 1896 y fallecido en San Pedro de Ribas el 26 de julio de 1983, fue uno de los payasos más famosos de la historia del circo. Sus padres, Pere Andreu Pausas (español) y Marie-Louise Lasserre (francesa) fueron artistas de circo también.
A partir de 1954 se convirtió en una de las estrellas del Circo Price.
En 1971 figuró entre los payasos a los que Federico Fellini rindió homenaje en su película I Clowns.
En 1973 actuó como estrella invitada en el Festival de Eurovisión, en el entreacto (recuento de votos). "Charlie Rivel" da nombre a una de las mayores escuelas de infantil (3 a 6 años) y de primaria (de 6 a 12 años) de Cataluña (Josep Andreu Charlie Rivel). Está situada en el pueblo natal del illustre payaso, población donde se casó por última vez y pasó los últimos años de su vida.

Curiosidades

  • Su nombre artístico, Charlie Rivel, en lugar de Josep Rivel, fue un homenaje a Charlie Chaplin.
  • Una de las anécdotas más entrañables es la de cuando entró en la pista del circo y aún no había empezado su actuación cuando un niño empezó a llorar desesperadamente (probablemente era la primera vez que veía a un payaso). Charlie no podía empezar su actuación pues el público estaba más pendiente del escandoloso llanto del niño que del payaso. Charlie se acercó cautamente hacia el niño para hacerle una caricia e intentar calmarlo, pero el efecto fue el contrario y el niño empezó a llorar aún con más fuerza entre las risas medio divertidas medio enternecidas del público adulto. Rivel, profundamente conocedor de la psicología infantil, se retiró hacia el centro de la pista y empezó también a llorar, desconsoladamente, solidariamente. Con eso bastó. El niño se calló en el acto, con unos ojos abiertos como naranjas por la sorpresa de haber descubierto que aquel ser rojo y amenazador se sabía expresar también con su mismo lenguaje tan transparente y directo: el llanto. Y Rivel continuó llorando. Cuando, todavía lloroso, se volvió a acercar hacia el niño, ya totalmente calmado y mirándolo electrizado, la criatura se sacó el chupete de la boca y se lo dio a Charlie, en un acto de solidaridad primigenia. El llanto de Rivel se agotó y el público arrancó en aplausos. El payaso aceptó el ofrecimiento del niño y, hoy, aquel chupete histórico se conserva entre las vitrinas del Museo Charlie Rivel de Cubellas.
  • Segun una leyenda, ganó un concurso de imitadores de Charlot, a pesar de que el propio Charles Chaplin participaba en él (de incógnito). Al finalizar el concurso, Chaplin se acercó a Rivel, y le dijo: "¿Es usted quien me imita a mí, o soy yo quien le imita a usted?".

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